quarta-feira, 29 de agosto de 2007

PASSAGEIRO EM TRÂNSITO - CRÍTICA DE ELOÍSA ALVAREZ

Eloísa Alvarez
18 de Março 2001

Ayer, sábado, acabé de leer tu Passageiro em Trânsito y, como es mi costumbre y respondiendo también a lo que me pedías, quiero decirte que, con el subtítulo que le diste, preveías ya la sensación de extrañeza del eventual lector ante un libro de estructura provisional y, sobre todo, tan inestable como la superficie de ese océano que invade los laberintos de tu alma y de tus huesos. Sensación que procede también de la dificultad de identificar un género literario en que se armonizan memorialismo, biografismo y ficción, en torno de ese tu "yo", que es el punto de convergencia y de irradiación de las sucesivas oleadas de hechos, y, mayoritariamente, de palabras. Y el lector no está acostumbrado a semejantes innovaciones literarias.
No sé si me interesó especialmente la sobreposición erótica Isla – Mujer, ni si el desgarrar las fotografías puede representar un comienzo y un final narrativos. Tampoco importa mucho.
Lo que sí te digo es que en tu Passageiro... se integran relatos deslumbrantes, hechos humor y ternura (Joe Perry y su viuda; el Ecce Homo; Antília) que parecen querer desgajarse del marco en que el autor los encerró y alcanzar la vida autónoma que merecen. Estas historias me hicieron pensar en un realismo mágico, pero no en el latino-americano, sino en otro, más levemente diluído pero tan profundamente perturbador como aquél, y que tal vez pueda entroncar con un "sentir la realidad", más cercano a las brumas atlánticas de vuestra literatura azoreana y que, en caso de existir, tal vez goce de un canon estético que la identifique. Pero tú sabes mucho más de ésta que yo.
Y también sentí de nuevo Ia seducción de tu lengua, magma en ebullición que roba nuestra mirada y la fija en las pequenas y múltiples incandescencias azoreanas (qué bonita palabra: emarouviado), en los expresivos neologismos que creas a partir del sentimiento (estrenoitados), o del hibridismo lingüístico (tan refrescante y deliciosa que debe saber aquella biínha, bebida entre afectos azor-americanos).
Con lo que, también te digo, no envidiaría al traductor que alguna vez se atreva a dar una versión de tu Passageiro ... en otra lengua que no sea la de Cristóvão de Aguiar. Tendría que reiventar una lengua a partir de la que tú has ido creando.

Sem comentários:

Cyrano de Bergerac

Cyrano de Bergerac
Eugénio Macedo - 1995

TANTO MAR

A Cristóvão de Aguiar, junto
do qual este poema começou a nascer.

Atlântico até onde chega o olhar.
E o resto é lava
e flores.
Não há palavra
com tanto mar
como a palavra Açores.

Manuel Alegre
Pico 27.07.2006